martes, 2 de enero de 2018

¿Cómo ser un Chico Malo? - Primeros 5


No soy un Chico Malo, pero necesito serlo para sobrevivir. Tampoco podrían decir que soy un chico bueno ¿no? Pero ¿Qué es un chico malo? Es al que terminan prefiriendo. Con un mensaje de texto a las 11 te cambia todos los planes, a quien la patanería se le perdona por ser rebelde, quien atormenta ignorando. A quien las chicas prefieren por sobre todos los amix buena gente que abren su corazón. Por todo ello, comencé a coleccionar la receta para ser un chico malo. Aquí los primeros ingredientes

Chico Malo 5: No le pidas detalles. Si al final te aburres del que para llamando para preguntarte la temperatura, si acabaste el trabajo, si mami sigue enojada contigo, el cómo llegaste. Borraras ipso facto los mensajitos de las 12 deseando buenas noches No. 50. Chico malo es omnipresente en su ausencia.

Chico malo 4: No quiere ser tu amigo. NO QUIERE estar cuando lloras, ni arreglarte la bicicleta, hacerte la tarea, caerle simpático a tus viejos o anticipar tus antojos. Chico malo quiere besarte no abrazarte, quiere ser amigo de tu cuerpo no de tus problemas.

Chico Malo 3: Chico malo no es fiel, es leal. Este chico sabe darle el lugar que se merece a cada una. Si tiene firme, oficial, presentable, catedral, lo sabra comunicar y las demas avezadas sabran que el tiene tiempo, mente y corazon limitados. No podran exigir mas. Y el es leal como se es a la bandera, ideales, religion que se defienden publicamente, aunque a veces se claudique un poco y en secreto.

Chico Malo 2: No florea, el Chico Malo escucha y asalta. No es de la generación de losdebates, de los sonetos nerudianos. Las chicas quieren alguien que las entienda, no quien quiera exhibirse porque ellas ya lo han ganado todo. Chico Malo en silencio compone, hilvana. No cuenta todo, deja suspenso. En el momento dado actua, sin mayor negociación. Ataca desde las sombras del misterio.

Chico Malo 1: Tiene chip Pre Pago, no Pos Pago. El chico malo es prepago, es del momento, la recarga de fin de semana. Tiempos cortos, pensamiento rápido. Resuelve. No se complica con recibos de fin de mes o planes de 6 meses. Sabe cuánto va a gastar y no se excede. El postpago es el largo plazo, sin límites de gasto. Si se te ocurre que podrías conocer a su familia, estás lejos de ser un chico malo.

viernes, 22 de abril de 2011

TIRANIA AMADA

Creé un monumento, un periodo de la historia sólo para ponerle tus colores, para llamarlo con tu nombre. La vestí de fundamentos técnicos, de criterios de simbología, de necesidad institucional, de emergencia nacional y me creyeron; pero lo cierto es que quería inmortalizar el huracán del paso de tu aplastante vida por la mía con la estela de tus reflejos que emanaban Si ves a una empresa de amautas llevar tus colores, y que su imagen se haya inmortalizado con la tuya, sólo es un sueño faraónico de ganar guerras genocidas para que me admires y cures las costras de mis heridas en los bálsamo que frotan tus pechos. Sudor tibio naranja es mi historia después de ti, Amén.

Hube de adornar tus pasos con pieles de turcos para que no te canses y sólo te dediques a amarme. Si cree un monumento de 4 pisos fue a tus formas, si me muevo es al compás de tu feminidad toda que cimbrea en cada hedor de ansia, celoso de estar en celo de ti en cada instante, por morar un instante de forma espontánea en tu mente psicóticamente seductora. En tu vientre quise eyectar una nueva nación, un nuevo Perú; tu raza de sabor no podrá ser extinguida por ninguna razzia que mi corte desclasada contra ti haya ejecutado.

Tal vez pensé era el emperador designado por los ciclos de la historia para gobernar una nueva historia; tenía el genio, el poder, y lo más importante, la vanidad suficiente. Era el tiempo dialéctico propicio. Pero un Marco Antonio sólo corresponde a la historia si antes le consultó al amor, porque así es la fuerza de lo natural, porque los más grandes requieren un móvil grande que levante, critique, que decida por ellos para que ellos gobiernen.


Peruanidad bonita, terroncito de azúcar, tu mirada se clava en el tiempo y tus colores lo bañan todo aun cuando la quema de todo registro histórico, pictograma, discurso o leyenda sobre tu alma se haya extinguido en el fuego de una inquisición necesaria. Anclaste un hombre fuerte capaz de quebrar el pescuezo a su propia sangre por la defensa de su libertad de lecho, porque la batalla final enseñaste a que sea contra uno mismo y por lo que cree, ansía y ama. Aunque hoy, al menos, ya no te creo.


Tu mirada felina fue una transfusión de sangre que ahora vive en automático, que crece en su propio cause sin necesidad de tocar su fuente. Este tiranillo que pasada la guerra del fin del mundo, suelta mucho brillo con sueños inmortales e ideas ultra históricas. Este que se cree el rey hoy se reconstruye sobre sus cenizas con la furia de una momia herida, que acumula las tragedias de la historia y los fervores del presente, erigiéndose fantástico cual Eddie the Head, estentóreo y aullante.


Y es que tal vez, en un periodo de nimiedad e indecisión, los humanos necesitemos de una raza que imponga su tiranía, sus colores por la seducción o por la fuerza; para después saber oponerse con la misma violencia, amando al opresor de su libertad y su corazón.

Mis esbirros cuentan que te auto- desterraste con ese duque falso en una boda de invento, llevándote las joyas de mis afectos a galos amaneceres, porque tenías ambición de riquezas y amor inmortal; que la desgracia de mi régimen expulsó. Se instaló una comisión de la verdad a tu nombre.


Gonzalo.

domingo, 26 de diciembre de 2010

El cuento femenino



R, cuando aterriza desde sus lejanas nubes y aconseja enfático - ¡Es que ella no está en su momento, podrás ser Brad Pitt pero ella está en otro rollo! – termina cerrando años de antropología filosófica en un gesto: las mujeres no se enamoran del príncipe, sino del cuento. Y seas el charming prince en un brioso rocinante o Shrek en burrito, el asunto es como calzas en él.


El tema no es que tienes de encantador u ogro, el tema es la forma como hombres y mujeres crean sus mitos sobre lo que es una relación. Las mujeres, pareciera, van armando un castillo y un mundo de nunca jamás en sus mentes y corazón sobre el cual príncipes y sapos irán desfilando al grito de ¡Next!, hasta que llegue el que logre empatar el zapatito de cristal a cenicienta. Una mujer, al final de cuentas, tiene más de 5 pares de zapatos aparentemente iguales, pero es ese platanitos de cristal el que te lleva al galán adecuado. Ojo, adecuado, no ideal porque siempre será mejor el zapato que lleva otra puesta, en todo el sentido metafórico.


Es el hombre quien, tal vez cincuenton y ya light user de sildenafilo, quien puede arriesgarse a perder castillo, corcel 4x4, un tercio del reino y joyas por esa secretaria Rapunzel veinteañera enfundada en jeans tayssir (design by Vivi). Los hombres no construyen cuentos ni entienden de fábulas de moral Esopo Cipriani, son viedoclip puro de HTV, puro físico pero cero horizonte (como la isla que se eleva del firmamento en el spot promocional).


R se rasca la melena negándose a aceptar que no es él, o su relativo encanto, el que engancha, sino su rol en el momento, lugar y versión del cuento el que enamora, el que prende, el que gusta. Tal vez sea, acuña sabio, que son las mujeres quienes mejor saben de la temporalidad del físico y sexualidad masculina; que ese poder macho se acorta, falla, declina, decae, se relaja y van marchitándose día a día, que hay muchos otros mejores pero que ésta es la artillería que viene con el príncipe que toca, así que ni modo. Claro, el hidalgo caballero siempre se alucinará brioso, victorioso, sin nadie que le indique la correcta puntuación de su performance guerrera. Al final de cuentas es el que atinó el beso a la bella durmiente, el que pudo vencer al dragón, el que llegó en el minuto final al desenlace del cuento.